lunes, 10 de septiembre de 2012


.


Sea hospitalaria nuestra inteligencia y enseñémosla a gozarse cuando a nuestra puerta llama un extraño,un desconocido,una idea o emoción con que no contábamos.Obra sobre nuestro espíritu un terrible poder de inercia,el cual nos induce a contentarnos con el trozo de vida que nos es habitual.A poco que nos descuidemos,esa propensión estadiza y morosa creará en nosotros la firme convicción de no haber más realidad que la presente ante nuestros ojos.De nada,como de esta inclinación,debe desconfiar quien aspire a hacer de sí mismo un delicado instrumento de humanidad.

J.Ortga y Gasset

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Busca sin ser visto...