Casi en las
últimas horas,me pidió que le secase el sudor de la cara.
Tomé la toalla
y lo hice,pero entonces vi
Que le estaba
secando las lágrimas.Él no me dijo nada.
Tenía un dolor
insoportable y se estaba muriedo.Pero el conde
Sólo me
pidió,gallardo mosquetero de 80 o 90 libras ,
Que por favor
le secase el sudor de la cara.
Juana y otros poemas personales(fragmento),1975-1979
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